José María Manzanares acudió al rescate del cierre de la Feria de Toros y Salsa de Dax con las dos orejas que cortó a su lote. El encierro de Montalvo, que no dio ninguna opción a El Juli, hizo que se sobrepusiera a las circunstancias, al igual que David Galván que mostró su capacidad, ambición y entrega.
La estocada en la suerte de recibir fue la guinda a una buena labor de José María Manzanares ante un toro que pronto se rajó. El alicantino estuvo por encima del animal instrumentando tandas estimables sobre ambas manos. La oreja inauguró el contador de trofeos.
El nombre de la tarde fue el de Manzanares que recibió con gusto al quinto. En la muleta, cuajó una faena templada y con gusto que llegó al público. Destacaron los circulares que fueron perfectos. Volvió a elegir la suerte de recibir para completar su tarde con otro trofeo.
David Galván dejó un buen regusto en el último toro de la feria. El torero gaditano recetó muletazos con empaque, hondura y ejecutados sin apenas corregir el terreno. Cerró con una gran estocada para cortar una oreja. Galvánmostró su actitud y compromiso frente al tercero, un toro que desarrolló complicaciones. La faena, de alto nivel artístico y técnico, también tuvo arrojo y valor cuando se metió en los terrenos del toro. Aunque llegó a los tendidos, fue silenciado.
Abrió el festejo un toro muy blando que perdió las manos en repetidas ocasiones. El presidente sacó el pañuelo verde y, en su lugar, salió un sobrero de similar condición. El Juli no tuvo opciones de lucimiento. En el cuarto tampoco pudo ser. A pesar de que El Juli firmó una labor importante ante un toro muy serio, perdió el reconocimiento con la espada.
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