La traca final de la feria de Valladolid resonó con fuerza tras una semana en la que los toros han tomado la ciudad de Pucela. Cinco llenos y un ambientazo propio de los grandes acontecimientos, la feria se despidió con el triunfo deJosé Garrido y El Fandi -que no pudo salir en hombros tras ser atendido por un puntazo en la axila- que cortaron tres orejas y una actuación redonda deCurro Díaz, que toreó con el tabique nasal fracturado, a la que le faltó el remate con la espada.
José Garrido mostró dimensión de figura en su importante actuación al tercero al que cortó las dos orejas. El torero extremeño lo cuajó desde el capote, encajado y profundo a la verónica. Tras desmonterarse Chacón y Amores en banderillas, llegó una faena de muleta de alto contenido artístico sobre el que destacaron los bellos remates. La estocada, a modo de remate, fue de premio.
Con el sexto, Garrido estuvo por encima de la condición del animal que fue el más complicado del encierro. Ahora, el extremeño mostró su firmeza y arrojo para extraer todo lo que tenía el animal. Mató de una estocada entera y cortó la oreja que consolidó su actuación.
Buen ejemplar fue el segundo de Hermanos García Jiménez con el que El Fandi estuvo variado con el capote, rotundo con las banderillas y entregado con la muleta. El toro fue premiado con una sonora ovación y el granadino con las dos orejas que le aseguraron la Puerta Grande.
Tremenda paliza sufrió El Fandi cuando toreaba de capote al quinto. Afortunadamente, se levantó por su propio pie aunque aquejado del fuerte golpe y se sobrepuso con una faena marca de la casa. Mató de un estoconazo y cortó una oreja. Pasó a la enfermería por su propio pie después de pasear el trofeo.
Ahora sí, Curro Díaz cortó una oreja que premió una tarde comprometida. El jienense mostró su versión más profunda y artística en una faena de muletazos templados y de mucho gusto. Los remates fueron de una exquisitez excelsa. La obra fue de tal calibre que incluso fue premiado a pesar del fallo previo a una estocada entera.
Curro Díaz llegó a Valladolid con el tabique nasal partido tras el percance sufrido ayer en Tarifa. Las visibles molestias, con la nariz tapada con un apósito, no fueron excusas para firmar una labor de gusto y poder ante un toro enclasado. La espada le dejó sin un posible trofeo.
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