Video resumen de la gran faena de Ginés al tercero en Santander I 
Igual que los artistas caros, Ginés Marín apareció en escena el último enSantander. Y su puesta de largo esta tarde corroboró sensaciones. Como si el resto de esta gigante Semana Grande hubiera sido un preámbulo de teloneros de lujo a la espera del ‘pez gordo’. Ya impactó el año pasado en su presentación matador de toros, pero este año Ginés incendió Cuatro Caminos. Ese momento almibarado que viven a veces los toreros. Desde Madrid no para de devorar etapas.
Tres orejas hoy para convertirse en el gran triunfador de esta Feria de Santiago, que se cerró con una corrida tibia de casta, alta, gorda y fea de hechuras, deLuis Algarra, que tuvo en el castaño tercero, el toro bueno, por el derecho, de la tarde. El único, en realidad. Ponce paseó una oreja por una faena de ciencia marca de la casa y Cayetano saludó sendas enfibradas ovaciones poniendo la raza de la que adoleció su lote.
El jerezano de nacimiento y extremeño de adopción formó un alboroto en el tercero. Más vareado, este castaño, arremangado de pitones, salió sin fijeza y algo abanto. Lo saludó a la verónica con ambas rodillas en tierra Ginés Marín. Con torería. Luego hubo un buen quite por saltilleras dejándoselo llegar de lejos. Volvió a aprovechar la alegre movilidad del toro en el prólogo de la faena, desde los medios, en redondo. Lo enganchó y ralentizó en un comienzo de faena vibrante.
Con el público ya en el bolsillo, el extremeño toreó muy templado y ligado por ambos pitones. Con fijeza, movilidad -secreto del éxito del trasteo- y poder, el deAlgarra. Las inercias de un ‘Solterón‘. Más limpias y macizas las tandas por la derecha, inteligente supo volver sobre esa mano después de la tanda al natural más deslavazada. Hubo frescura en los remates. Muy torera la puesta en escena también. Las bernadinas finales, milimétricas, terminaron de reventar una plaza ya entregada para entonces. Se perfiló en la suerte suprema y dejó la estocada de la feria. En la yema, hasta la empuñadura. Marea blanca en los tendidos ydos orejas incontestables.
Zambullidos en el ‘día de la marmota’, el sexto se partió el pitón izquierdo nada más salir de chiqueros en el primer burladero y el sardo, primer sobrero, sufrió idéntico percance. Mismo burladero, mismo asta. Salió así un sexto tris -los tres de Algarra-, castaño, largo y estrecho de sienes, pero bajo y de buenas hechuras.
Empujó en varas sobre el izquierdo y luego Fini dejó dos buenos pares de banderillas. El comienzo de faena fue volcánico. Cinco estatuarios sin mover las zapatillas. Clavadas en el albero. El del desdén y el de pecho. El gentío, de nuevo en el canasto. No tenía la clase de su primero y Ginés, pese a tener la salida en hombros amarrada, apretó los dientes para meterse entre los pitones en un arrimón importante. De este modo, le fue robando medias arrancadas, no tenía más recorrido el burel, que convirtió en pases que, de uno en uno, llegaron al tendido. De mérito, los naturales finales a pies juntos a toro ya muy aplomado. Se volcó en la suerte suprema y mató de estocada desprendida que lo dejó sin puntilla para asegurar la tercera oreja y convertirse en el triunfador numérico de la feria.
De mejores hechuras que la primera mitad del encierro, el cuarto fue otro castaño de lomo recto, corto de manos y con los pitones bien colocados. Salió suelto, sin fijeza en los de recibo, barbeando lo suyo, y llevó hasta los medios a la cabalgadura de José Palomares. Con movilidad, marcó las querencias y se abrió más de la cuenta amagando con rajarse en más de una ocasión. Sin embargo, Ponce tiró de jerarquía para tejer una faena rotunda, llena de sentido, en la que siempre supo dejarle la pañosa puesta en el hocico y aprovechar las inercias del toro, que tuvo mucha nobleza. Sin apenas perder pasos ligó las series una y otra vez en un palmo de terreno. Limpias y templadas, sin obligar al toro en grado máximo. Final repleto de torería con trincheras por bajo, doblones y poncinas. Sólo el pinchazo inicial le privó de la Puerta Grande, justa oreja.
Alto y con mucho pecho, alto de agujas, ‘Lubinito‘ rompió plaza en la última de la Feria de Santiago 2017. Tomó con fijeza y repetición el capote de Ponce, que meció la capa a la verónica con gusto y cargando la suerte. Echó la cara a los pechos del caballo en el tercio de varas. Comenzó el trasteo Ponce con torería y una suavidad exquisita para sacárselo en paralelo a las dos rayas. Ahí, el valenciano construyó una faena bien ligada con dos partes diferenciadas: una primera en la que dejó a su aire al toro sin apretarlo y otra en la que atacó al animal, manejable pero deslucido, en tres tandas en redondo en las que hubo más reunión y empaque. Caló en el tendido. Dejó más de media en buen sitio tras unos toreros doblones finales y saludó una ovación.
Largo, con volumen y ensillado, el salpicado segundo salió con muchos pies de chiqueros y, suelto, no dejó rematar el saludo a la verónica que había iniciadoCayetano. Se dejó hacer en los primeros tercios y el torero dinástico arrancó su faena con muletazos de rodilla genuflexa para sacarlo más allá del tercio. En esos terrenos, planteó una labor reposada y sin apreturas en la que se le vio con solvente facilidad. A gusto el torero y superior a un toro que le faltó empuje. De hecho, en el tramo final tuvo que tirar de raza Cayetano para poner la casta que se le agotaba al toro. Tiró de repertorio con circulares invertidos, una tanda de molinetes, varios pases de pecho de rodillas y desplantes para llegar al tendido. Media y un descabello para saludar una ovación.
Fiel a la tónica de la mayoría de sus hermanos, el bajo y hechurado quinto no se quedó en las telas de salida. Es más, fue el que más acusó este defecto. Hizo caso omiso de los cites, muy desentendido. Costó un mundo picarlo, de uno a otro caballo y vuelta a empezar. Buen tercio de banderillas de Iván García, soberbio el tercero dándole todas las ventajas al toro en su querencia, yAlberto Zayas. Comenzó en los tendidos de sol Cayetano en redondo de rodillas, obligado después de perseguir al burel, que siguió manseando. Logró sujetarlo algo más en el tercio del ‘2’ y ahí toreó enfibrado aprovechando que el de Algarra parecía perder ese ímpetu. Medias arrancadas en las que tiró de efectismos de todo tipo para tratar de prender la mecha. Volvió a dar en hueso y la opción del trofeo se esfumó. Ovación en ambos.
Hierro de Luis Algarra - EspañaPlaza de toros de Cuatro Caminos de Santander. Última de la Feria de Santiago. Lleno aparente.Toros de Luis Algarra, el 6º tris, de correcta presentación aunque desiguales, feos de hechuras, salvo 4º y 5º. El 1º, manejable, pero sin empuje; el 2º, deslucido; el 3º, con movilidad, mejor por el derecho; el 4º, se movió, para torear sobre los talones esas inercias; el 5º, mansurrón, marcó mucho las querencias; y el 6º, de media arrancada, termino muy aplomado.
Enrique Ponce, ovación y oreja tras dos avisos.
Cayetano, ovación en ambos.
Ginés Marín, dos orejas y oreja.