Carlos Jordán y Rocío Romero, vuelta al ruedo
Se abría la Feria taurina de Córdoba con la novillada sin picadores con una entrada de público más que discreta. En torno a unos dos mil quinientos espectadores poblaban los tendidos califales. En una tarde calurosa y con rachas de viento, sobre todo al final de la tarde, se encerraron seis ejemplares de Zalduendo, de justa presentación y con un juego variado destacando el corrido en sexto lugar.
Abría plaza José Antonio Alcalde “El Rubio” que recibió a “Celador” parándolo de salida sin posibilidad de lucimiento. Comenzó la faena sacándose a su oponente hacia el tercio con unos muy toreros ayudados por alto. Por el pitón izquierdo el novillo se rebrincaba algo más, lo que propició que el eral alcanzara la pañosa en más de una ocasión aunque el espigado novillero consiguió pulsear las embestidas logrando una mayor profundidad en gran parte de las tandas.
Con la derecha consiguió muletazos muy mandones alargando la embestida del animal y expresando más hondura. Le anotamos un excelente paso de pecho rematado a la hombrera contraria, de mucho mérito. Instrumentó tandas con el compás abierto y también, con la zurda, con los pies juntos dándole el pecho al animal con sumo gusto. Tras el toreo fundamental aderezó su faena con circulares invertidos y con una tanda de manoletinas de gran ajuste y emoción. La faena estaba hecha y el premio, una- oreja, casi conseguido, pero todo se desvaneció con la espada. Media perpendicular, un pinchazo hondo y varios golpes de descabello dejaron la recompensa en un cariñoso saludo desde el tercio.
El segundo de los novilleros cordobeses intervinientes era Carlos Jordán que nada más salir “Seriógrafo” al albero le recetó una larga cambiada en el tercio, aunque el burel únicamente dejó al torero jarote estirarse en una ocasión. Brindó la muerte del novillo a Julio Benítez que ayuda al novillero vallesano. Inició la faena doblándose por bajo con el novillo con gusto. Se observaba que el pitón del novillo era el derecho ya que por el izquierdo el de Zalduendo protestaba más. Por ello las tandas que Jordán creaba con la diestra alcanzaban mayor nivel que las ejecutadas al natural, momentos en que la faena perdía consistencia. Unos ayudados por alto para cerrar el novillo pusieron el broche a una faena culminada con una estocada que daba paso a una petición, que se antojaba mayoritaria, pero que el presidente no atendió. El premio quedó en una calurosa vuelta al ruedo y una sonora pitada al usía una vez el matador entró al callejón.
Rocío Romero, lidió en tercer lugar a “Casquillo”, enjaretándole un ramillete de verónicas meciendo el capote, enganchando al novillo con los vuelos y encajando la figura. Gustándose y gustando. Tras brindar el novillo al matador de toros José Luis Moreno. No dudó en comenzar la faena por el pitón izquierdo y eso que el novillo cabeceaba ligeramente por ese lado, pero pese a todo la novillera estuvo muy firme y asentada.
Con la diestra alcanzó la torera momentos muy logrados. Profundidad y hondura que mostraron una clara evolución desde su actuación en este mismo coso el año pasado. Tras ser desarmada enjaretó unos circulares invertidos con mucho compromiso. En ese momento, y quizá con algo de precipitación, aunque la faena ya estaba compuesta, se perfiló para matar marrando con los aceros. Un pinchazo en todo lo alto y una media estocada baja bastaron para despenar al animal. El público pidió la oreja, petición que en este caso tampoco fue aceptada y Rocío dio una merecida vuelta al ruedo. Gratas sensaciones ha dejado entre el público cordobés.
Pasadas las intervenciones de los tres cordobeses, dos novilleros mexicanos lidiaron los erales corridos en cuarto y quinto lugar. En cuarto lugar, Alejandro Adame frente a “Requete” demostró estar más que placeado. Fácil con capote, tanto en el recibo como en quites, e inteligente con la muleta comenzó su faena por alto sin obligar el novillo para ir poco a poco sometiendo a su antagonista. Tiene oficio el menor de los Adame y lo demostró en Córdoba. Faena de largo metraje en la que recibió un aviso incluso antes de perfilarse a matar. Media contraria y estocada baja y delantera hicieron que todo quedara en saludos desde el tercio.
Menos puesto está su compatriota Diego San Román que lidió en quinto lugar a “Vividor”. No vio el novillo con facilidad y en lugar de perderle un paso para ligar fue progresivamente acortando distancias estando en varios momentos muy a merced del novillo con atropellos y algún desarme que deslució su labor. Dos pinchazos y una estocada trasera bastaron. Saludos desde el tercio.
Cerraba la tarde el joven Carlos Domínguez, perteneciente a la Escuela Taurina de Badajoz, que, a la postre, fue el único en tocar pelo. Variadísimo con el capote, recibió a “Visillo” con dos faroles de rodillas en el tercio, verónicas a pies juntos una larga con gran gusto. Importante inicio de faena. El novillo, el mejor del encierro, se venía de lejos y el joven torero pacense aprovechó las iniciales embestidas para cambiárselo por la espalda. En realidad, la faena de Domínguez fueron dos faenas. Al principio con más tiempos muertos y con más intermitencias. Un desarme marcó la frontera de una faena a otra. Tiró de recursos y de oficio y de rodillas enjaretó varias tandas que hicieron vibrar al público. Tandas largas y poderosas y aunque, a estas alturas de la noche el viento ya molestaba, la faena se vino decisivamente arriba. De nuevo circulares invertidos que dieron paso a unas bernadinas muy ajustadas, pasándoselo muy cerca. En fin, faena de menos a más, rubricada con un feo metisaca en los bajos y primera oreja de la feria.
Córdoba. Primera de abono. Unas 2500 personas en los tendidos.
Erales de Zalduendo. Justos y desiguales de presentación, de juego variado, destacando el sexto. Al arrastre: ovación, ovación, ovación, silencio, silencio y ovación.
José Antonio Alcalde “El Rubio”: Ovación tras aviso.
Carlos Jordán: Vuelta al ruedo.
Rocío Romero: Vuelta al ruedo.
Alejandro Adame: Ovación tras aviso.
Diego San Román: Ovación.
Carlos Domínguez: Oreja.
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