Resumen de la segunda novillada de Fallas I
A punto. En el momento de madurez que da el bagaje de un novillero que está aprovechando su paso por el escalafón menor para crecer. Andy Younes tiene cualidades como la inteligencia para saber comprender al noble segundo o al exigente quinto. También tiene capacidad para no amedrentarse ante el trapío de un lote fuerte. Torea vertical, reunido, con temple. Conecta, además, con el público. Valencia lo conocía pero lo reafirmó con su segunda Puerta Grande allí.
Como a punto también estuvo una novillada de nota. Fue una prueba de fuego para los jóvenes toreros, tanto en técnica y valor como en ambición, ante un lote propicio para el triunfo pero con hechuras, cuajo y algunas caras de toro, sobre todo el hondo segundo, el serio quinto y el agresivo sexto. Los pupilos de José Vázquez tuvieron humillación, recorrido, profundidad y, además, una marcha menos que tanto trasmite y que ayuda al temple, uno de los secretos del toreo.
Gustaron también Cristian Climent y Marcos. El valenciano se lució con el capote y banderillas en el cuarto y, si no llega a ser por la espada, algún trofeo más se hubiera llevado al igual que Marcos que consiguó una oreja del sexto en su tercera novillada con picadores.
Cuajado, hondo, con caja, bajo de manos pero con hechuras, kilos y trapío de toro fue el segundo. Embistió un punto tardo en el capote pero no escondió su gran clase en cada embestida. Andy Younes lo entendió a la perfección, le ayudó a romper hacia adelante y consiguió bajarle la mano en tandas al natural de una gran madurez. El francés ofreció los vuelos y lo rompió de mitad de muletazo hacia la cadera. Muy inteligente. Destacó un molinete ligado con uno de pecho de mucho efectismo. El epílogo por bernardinas y la estocada efectiva final fue la cúlmen para cortar el primer trofeo de la tarde.
El quinto fue otro que tuvo trapío de toro. Serio por delante, acapachado de cuerna, con desarrollo de pitón, hondo y con caja. En el lote del francés cayeron los dos novillos de más trapío de la novillada. Este también tuvo buenas cualidades pero se apagó cuando la faena estaba en el momento más álgido.Younes lo recibió de rodillas en los medios para torear con el toro desbordando en cada embestida. Ya de pie, pudo relajarse, torear templado, girando sobre los talones, en el momento más intenso de la tarde. Hubo plasticidad y conjunción en los medios. La faena crecía pero el novillo echó el freno, sobre todo, en las luquesinas finales. Encontró hueso en el primer encuentro con la tizona pero luego lo tumbó de una gran estocada. Otra oreja que le saca en volandas por segunda vez de la plaza de Valencia.
Agresivo por delante, tocado hacia arriba de pitones, con excesiva seriedad fue el novillo que cerró la tarde. Marcos aprovechó la oportunidad a pesar de su escaso bagaje -apenas cuenta con tres novilladas en su haber- para demostrar su toreo templado y con poder. El inicio de muleta por bajo, apretando y exigiendo en cada embestida fue de nota. Mató fácil y habilidoso de una estocada que le valió una oreja.
El castaño tercero, bajo de manos, enseñando las puntas, con desarrollo de pitón, mejor hecho. El viento asomó cuando Marcos fue a recibirlo y durante el quite por chicuelinas de Climent. Se movió el de José Vázquez en banderillas colocando la cara y con profundidad. El joven Marcos quiere torear arrastrando la muleta, enganchando muy delante y rematarlos más allá de la cadera. Tuvo clase el novillo que le permitió cujar tandas que llegaron al tendido. Con los circulares finales pisó los terrenos del toro sin cambiarle el rictus. Se tiró certero al primer encuentro pero pinchó lo que después fue un estoconazo que sacó al toro muerto de los vuelos de la muleta. La oreja que tenía ganada a pulso la cambió por una ovación desde el tercio.
Se fue a porta gayola Climent para recibir al buen cuarto. Un novillo con prontitud, entrega, humillación y desplazamiento. El valenciano estuvo variado y animoso con el capote, donde demuestra que tiene facilidad y personalidad. Quitó por delantales antes de que le respondiera Younes por tafalleras y le volviera a replicar Climent en un excelente quite por gaoneras. En banderillas ejecutó a la perfección el par de la calafia en un tercio muy lucido. Brindó a su mentor, El Soro. Lo sacó a la segunda línea para instrumentar una faena animosa, con calado en el público ante un excelente ejemplar que tuvo, además, mucha duración. Tenía el trofeo asegurado pero se alargó con la espada.
El primero caminó unos cuantos kilómetros andando por la plaza durante toda la lidia. Manso y abanto, los primeros tercios sucedieron entre capotazos e intentos de colocar al toro al caballo. Muy complicado se puso también en banderillas el novillo, engatillado de pitones y con cuello, emplazado en los medios y apretando hacia los adentros. Cristian Climent consiguió resarcirse en el último par que arrancó subido en el estribo de dentro a fuera cuadrando en la cara. En la muleta, aprovechó la inercia cuando tomaba el muletazo hacia afuera con cierta clase porque en el de adentro siempre quería buscar el refugio de las tablas. Ganó terreno y tapó la salida pero fue misión imposible. Difícil con la espada, el utrero terminó en la misma puerta de chiqueros.
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