Recortadores al milímetro I 
Entran a la plaza de toros vestidos de calle, anónimos, entre la gente que hace cola para llenar las gradas que ellos mismos hacen vibrar tarde tras tarde. Los recortadores, los toreros del festejo popular, criados en los encierros y capeas típicos de nuestra geografía, cada vez aumentan más sus seguidores gracias a que ellos mismos se han ido renovando, especializando y cuidándose de cara a su temporada, en la que recorren decenas de ciudades con la única satisfacción de disfrutar en la cara del toro.
En este reportaje, podemos descubrir todo aquello que no vemos, la liturgia previa de estos toreros desde el momento en el que acceden a la plaza de toros de Valencia, hoy está en juego el título ‘Recortador de Oro’ y todos los seleccionados vienen con la ilusión de alzarse campeónNuestro compañero de redacción Sergio Recuero es uno de los quince participantes y con él nos adentraremos en el interior de este festejo.
Llegan a las 9:30 horas, una hora y media antes del festejo, firman el consentimiento de que van a participar en un espectáculo público bajo su responsabilidad, que conocen la procedencia de los toros a lidiar y las normas de la competición, y se reunen todos en el patio de cuadrillas.
A las 10:00 horas, la organización les facilita una sala dentro de la propia plaza de toros, donde se cambian y concentran, cada uno a su manera, ante lo que les está por venir.
El reloj marca las 10:57 horas, cuando David García, el presentador del evento, explica las últimas pautas y les desea suerte, minutos después, inician el paseillo que da comienzo al festejo.
Sin llegar a las 12:00 horas, el vallisoletano Jonatan Castaño cae herido en el primer toro de la mañana, una cornada con tres trayectorias le aparta de la competición, y por unos días de su puesto de trabajo. La otra cara de la moneda la protagoniza Sergio Sarrión, el valenciano, que rondando las 14:00 horas, levanta el trofeo como Recortador de Oro 2017. Ambos salen de la plaza al igual que los otros trece participantes, tal y como entraron, vestidos de calle, anónimos, con la cabeza puesta en su próximo campeonato.