Reencuentro feliz de Paquirri con Huesca. Allá donde sufrió una cornada que pudo ser trágica, este viernes celebró un triunfo al calor del público. Dos orejas para el torero de dinastía en un festejo que también tuvo como protagonista aJosé Garrido, que empató a dos -una y una en cada toro- y se impuso a su lote de una deslucida corrida de Murube. Cayetano, volteado, se fue de vacío.
Paquirri se reencontró con el público y la plaza de Huesca tras la grave cogida sufrida en este mismo coso el 10 de agosto del pasado año. Su primero de este ‘reencuentro’ tuvo poca calidad y escasa fuerza. No podía bajarle la mano el torero porque el toro doblaba las suyas. Frente a eso, Paquirri puso su mejor voluntad para agradar al público a base de un toreo vistoso y alegre que enganchó pronto al graderío. Lo mató a la primera y cortó las dos primeras orejas de la tarde. El cuarto no colaboró tampoco. Llegó a la muleta sin fuerza y sin raza, hasta echarse en plena faena. Paquirri lo cuidó y trató de conseguir pases sueltos, pero no hubo forma de compactarlo. Abrevió a petición popular y tras matar con poca eficacia hubo silencio tras aviso.
El primero de José Garrido llegó a la muleta con una embestida descompuesta y el torero se encargó de suavizarla a base de no dejarse tocar los engaños y consentirle mucho. El pacense se mostró siempre por encima del animal, arriesgando mucho y consiguiendo el interés del aficionado. Lo mató con aseó y paseó un trofeo. Al ‘Toro de la Jota’ lo recibió con faroles de rodillas y se lo llevó a los medios lanceando por verónicas de gran calidad. El resto de la faena tuvo que hacerlo todo él. El de Murube tenía muy poca fuerza y se quedaba corto, impidiendo la vistosidad de la faena. Garrido se empeñó, no obstante, en divertir a la afición, consiguiéndolo por momentos. A pesar de no estar fino con la espada cortó una oreja.
Cayetano se enfrentó al quinto tras visitar la enfermería para ser revisado por los doctores. El animal manseó desde la salida y no puso de su parte en la faena del madrileño. En la muleta siguió marcando querencias hasta que se refugió del todo en tablas. Solo le quedó a Cayetano poner voluntad al carecer de materia prima. Estoqueó con habilidad. Cayetano decidió dejar ‘crudo’ a su toro en el caballo porque demostraba poca fuerza. Lo toreó en los medios sin terminar de acertar en distancias hasta que el animal le volteó sin consecuencias. El torero cogió entonces la espada, resolviendo de estocada y descabello. Fue aplaudido.
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