Cuenca tiene motivos para presumir. Dos novilleros para ilusionar a su gente. Uno, más metido en el circuito de novilladas y crecido como torero con respecto a citas pasadas, Aitor Darío ‘El Gallo’; el otro, un debutante con caballos que se despedía con un enorme bagaje de formación tras de sí: Marcos. Los dos podrían funcionar y quién sabe si haber podido formar una suerte de ‘collera’ conquense… Cada uno cortó tres orejas en una matinal que se hizo tan interesante por momentos como pesada al final bajo el fortísimo sol de esta tierra. Un inciso, ¿hubiera sido mejor de cuatro?. El caso es que respondió el público con más de media entrada y respondió José Vázquez con una novillada fuerte, noble que contó con varios ejemplares que tuvieron opciones.
Abrió la mañana un novillo con trapío sobrado para esta plaza. Se hizo daño de salida y, descoordinado en su embestida, fue devuelto. En su lugar salió un sobrero feo y grandón de 505 kilos. Ese sobrero del hierro titular buscó siempre tablas y arrolló, sin consecuencias, al sobresaliente Javier de Miguel. Al novillo (que de tal solo tuvo su fecha de nacimiento y su fea cornamenta) lo toreo con inteligencia El Gallo. Mucho más despejado y capaz que años atrás, corrió bien la mano mientras el primero bis lo permitió con sus medias embestidas. Destacaron dos tandas, una por cada pitón. Pero falló -y mucho- a espadas y dejó su premio en palmas tras aviso.
El Gallo, que aunque más hecho no deja de ser un novillero de raza, se tiró de rodillas en un vibrante recibo al tercero. Se despitorró luego el animal el cuerno derecho y eso le reventó. Llegó casi sin vida al ultimo tercio. Lo que aguantó lo hizo con una clase tremenda en varias series de El Gallo que ante otro animal hubieran sido muy cantadas por lo despaciosas que fueron. Pese a su merma, gran novillo este ‘Desarmado’. Oreja al novillero; no pasa nada si el Presidente le hubiera dado la vuelta al ruedo al novillo.
De no ser por la cara el quinto hubiera sido todo un toro. Basto, por largo y ensillado, pero voluminoso. Se movió a su aire desde la ‘portagayola’ de El Gallo. El conquense aprovechó esa movilidad en un toreo de media y larga distancia sobre la inercia del animal. Buscó el triunfo con ansia Aitor Darío y le llegó tras una estocada a la segunda. Dos orejas.
Con un manejo impropio de novillero, pero fruto de mucho rodaje previo,Marcos saludó de forma templada al segundo, luego de dos largas de rodillas. Su faena de muleta tuvo la sensación del dominio en todo momento. Como sobrado de técnica llevó al buen pero un punto apagado segundo por donde él quiso y a la velocidad que él quiso. Tiene mucho toreo dentro Marcos. Además mató bien. Dos orejas sin discusión.
Repitió buenas sensaciones Marcos con el alto cuarto. Otro de buen aire al que toreó con mucho pulso primero -hay varios naturales soberbios, de esos de ‘velocidad cero’- para terminar metido entre los pitones. El descabello dejó todo en una oreja.
El último de la larga matinal fue el más deslucido por lo soso de su noble condición. Con la gente ya únicamente pendiente del agobiante calor que presidió la novillada, la exhibición de repertorio de pasó casi inadvertida. Esta vez mal con la espada, fue silenciado tras aviso.
Hierro de José Vázquez - EspañaPlaza de toros de Cuenca. Segunda de la Feria de San Julián. Más de media entrada. Novillos de José Vázquez, el primero fue devuelto. Serios, aunque desiguales de tipo. Nobles en líneas generales, tuvieron opciones. El mejor, el enclasadísimo tercero pese a despitorrarse.
Aitor Darío ‘Gallo’, palmas tras aviso, oreja y dos orejas;
Marcos, que debutaba con caballos y se despedía, dos orejas, oreja y silencio tras aviso.