indulto santander











Largo, abierto de cara el entipado sexto. Tuvo movilidad en los primeros tercios, tomó siempre la muleta en su distancia luego, pero pecó de salir con la cara arriba. Por los dos pitones. Se llevó el lote malo de la corrida Talavante. Citó suave, trató de prolongar su embestida, pero sólo encontró reticencias por parte del animal, que se quiso rajar y casi lo acaba arrollando.
Más estrecho de sienes el quinto, enseñando las palas. Humilló mucho y se abrio de salida, apuntando cosas muy buenas… Saludó Curro Javier, soberbio en banderillas, y brindó Perera al público. El toro, de embestida muy mexicana, tuvo calidad y humillación, aunque a veces le costara repetir, que no embestir. Hubo cosas buenas y muletazos extraordinarios en la faena de Perera, sobre todo una serie con la mano zurda, junto a varios desajustes, un desarme… Después de un pinchazo y media estocada saludó una ovación.
Con cuajo y hechuras, como toda la corrida, muy abierto de cuerna el cuarto. Se vino muy ceñido en el capote de salida, y esperó y cortó en los primeros tercios. Tuvo que hacer un esfuerzo el torero, todo sobre la derecha, le buscó bien las vueltas al toro El Cid, que con poder hubiera sido más complejo aún. Con oficio el torero, resolvió a pesar de que el animal repuso siempre sin pasar.
Fino de cabos y bajo el tercero, abierto de cara, con hocico de rata, el tercero salió sin celo del capote de Talavante. Como dormido en los primeros tercios, sin empujar el engaño para delante. Toro de media arrancada, con el que nunca estuvo a gusto el extremeño, con un animal bajo de raza, deslucido desde el embroque, porque metió la cara pero luego la sacó por arriba siempre. Lo lidió con aseo el torero y saludó una ovación.
Cornipaso, sin perfil el segundo, bueno de tipo y cuerpo. Humilló sin irse del capote de Perera y lo señalaron en un puyazo liviano. El toro mantuvo la suavidad en su embestida en el último tercio pero pasó sin humillar, a media altura, y la faena no tuvo emoción. Pulcro y sereno Perera, técnicamente perfecto, tiró de un toro de recorrido muy escaso, noble pero sin raza, y la faena, pese a que el extremeño hizo todo a favor del toro, no llegó a prender.
Largo el cárdeno primero. Tomó suave el capote de El Cid, que se lo llevó lanceando hasta los medios. Se empleó mejor el toro por el pitón derecho, le dieron poco en el caballo en dos varas y esperó en banderillas aunque sin causar problemas a los subalternos. En el último tercio, después de una buena serie con la derecha, emergió la zurda de este torero con el toro respondiendo de modo extraordinario. Muletazos largos y por abajo, de excelente factura, con el de Adolfo gateando detrás del engaño. Cumbre el de Salteras. Con la gente ya pidiendo el indulto aún le pegó dos series más, soberbias, con la zurda, y una más con la derecha de un gran nivel. Como el toro de Adolfo. De vacas. Pocas veces un indulto fue tan unánime.