Como centellas. Volando por Pamplona. Así han corrido esta mañana los toros de Victoriano del Río el sexto encierro de San Fermín, una carrera velocísima, muy bella y con mucha limpieza cuyo cronómetro registró la llegada cuando marcaba los dos minutos doce segundos. De récord. Aparentemente limpio el parte provisional de heridos, sin cornadas, con sólo cinco traslados a Hospitales por policontusiones.
Un toro burraco y otro castaño se adelantaron ya a los cabestros nada más salir de los corrales, por la Cuesta de Santo Domingo. Dos astados que ganaban terreno al resto y a los mansos hasta que a gran velocidad otro toro más se unía a ellos liderando los tres la manada. Rapidez que arrollaba, porque los toros trataban de abrirse paso sin embestir ni hacer extraños a los mozos. Caso de la caída de un corredor por la zona del Ayuntamiento.
Con esa inercia y ese espíritu de nobleza, ya desde el tramo de Mercaderes, los seis toros han llegado por delante de los cabestros sin lanzar miradas a los hombres, sólo corriendo, y mirando hacia adelante, y sin causar peligro. Por eso, otro corredor fue arrollado cayendo al suelo ya muy cerca de Estafeta, punto en el que dos de los Victorianos han tomado la cabeza del encierro protagonizando bellas carreras y con una velocidad de vértigo.
Aquel toro burraco metió la directa hasta Telefónica y enseguida los demás y aunque un toro castaño resbaló en esa zona, los morlacos han accedido al ruedo enseguida terminando un encierro trepidante y muy muy rápido.Como centellas. Volando por Pamplona. Así han corrido esta mañana los toros de Victoriano del Río el sexto encierro de San Fermín, una carrera velocísima, muy bella y con mucha limpieza cuyo cronómetro registró la llegada cuando marcaba los dos minutos doce segundos. De récord. Aparentemente limpio el parte provisional de heridos, sin cornadas, con sólo cinco traslados a Hospitales por policontusiones.
Un toro burraco y otro castaño se adelantaron ya a los cabestros nada más salir de los corrales, por la Cuesta de Santo Domingo. Dos astados que ganaban terreno al resto y a los mansos hasta que a gran velocidad otro toro más se unía a ellos liderando los tres la manada. Rapidez que arrollaba, porque los toros trataban de abrirse paso sin embestir ni hacer extraños a los mozos. Caso de la caída de un corredor por la zona del Ayuntamiento.
Con esa inercia y ese espíritu de nobleza, ya desde el tramo de Mercaderes, los seis toros han llegado por delante de los cabestros sin lanzar miradas a los hombres, sólo corriendo, y mirando hacia adelante, y sin causar peligro. Por eso, otro corredor fue arrollado cayendo al suelo ya muy cerca de Estafeta, punto en el que dos de los Victorianos han tomado la cabeza del encierro protagonizando bellas carreras y con una velocidad de vértigo.Aquel toro burraco metió la directa hasta Telefónica y enseguida los demás y aunque un toro castaño resbaló en esa zona, los morlacos han accedido al ruedo enseguida terminando un encierro trepidante y muy muy rápido.
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