Vídeo de la faena de El Juli al cuarto en Castellón I JETlinea-punteada-firma1
Entre lo divino y lo humano, un hechizo. Entre lo glorioso y lo terrenal, el ilusionismo de un mago. Entre lo excelso y lo celestial, la fascinación de un increíble prestidigitador. Toreo sublime brotando de las manos de  Talavante.Esta tarde en Castellón. Hechizó a la plaza con un toreo de ensueño, encantador, excelente, casi inconcebible. Faena grandiosa, de increíble improvisación al buen sexto de Garcigrande, al que cuajó en una actuación cumbre y fascinante. Sólo al alcance de los elegidos. Dos orejas y Puerta Grande para el hechizo embrujador de Talavante.
En medio de esa atmósfera increíble, una gran faena poderosa de El Juli al manso cuarto, minimizada por el acero. Y también una responsable tarde deCastella, que se fue a pie después de que el palco no atendiera la petición de dos orejas del público. Todo, en una noble y justa de raza corrida deGarcigrande, que enlotó al gran sexto, el mejor del encierro, y al buen quinto. El peor lote correspondió a El Juli, que no tuvo opción con el endeble primero y que se creció con el manso cuarto.
Sublime y extraordinario se mostró Talavante frente al buen sexto, al que cuajó en una faena grandiosa, mágica y de increíble improvisación. Comenzó sin probaturas al natural, en tres series cumbres que pusieron al público en pie. Una labor improvisada, con pases cambiados inverosímiles en la que todo fluyó de manera natural, sin un atisbo de tensión y con el temple a flor de piel. Finalizó por bernadinas y remató de un espadazo en lo alto. Las dos orejas fueron concedidas de manera inánime. Y Talavante abrió la Puerta Grande.
Tuvo una embestida incierta en los primeros tercios el tercero, que incluso arrolló a Talavante, que sufrió una fuerte voltereta, afortunadamente sin consecuencias, cuando iba a ponerlo en suerte en el caballo para el tercio de varas. Se rehizo el torero, que firmó un quite que encantó a los tendidos y supo domeñar al animal en una labor que brilló en dos series con la derecha y sobre todo, en tres naturales extraordinarios que hicieron rugir al público. Sin embargo, a partir de ahí el astado perdió las manos en dos ocasiones y el público se enfrió. Mató de pinchazo y estocada y hubo una ligera petición de oreja y algunas palmas para el toro en el arrastre. Talavante saludó una ovación.
El quinto fue un toro noble y con calidad al que Castella firmó una faena larga y trabajada. Comenzó en el centro del ruedo con pases cambiados extrayendo series después por ambas manos de gran belleza y con gran ajuste y ceñimiento. Ante la justeza de fuerzas de su enemigo, Castella optó a partir de ahí por terrenos de cercanías pasándose al toro a milímetros de la taleguilla. Lo pasaportó de una certera estocada tras la que hubo una fuerte petición de oreja, que fue concedida, no así la segunda, que el público pidió con insistencia, aunque el presidente no accedió finalmente a conceder ese segundo premio que le hubiera abierto la Puerta Grande. Por ese motivo, cuando le fue entregada la oreja a Castella, no quiso pasearla y la lanzó al estribo, dando la vuelta al ruedo sin el citado trofeo.
El segundo fue un astado de menos a más al que Castella meció con enorme temple en una faena de gran mérito. El francés comenzó su labor doblándose con el animal por bajo para continuar con series muy pausadas con la diestra. Después firmó dos naturales magistrales en una obra en la que consiguió ahormar la embestida de su oponente. Lástima que pinchara, y que tuviera que emplear el descabello. Por eso su actuación quedó en una cerrada ovación.
El Juli dictó una lección de poderío y técnica ante el manso y complicado cuarto, un toro que manseó en los primeros tercios y que huía a tablas. El madrileño lo metió con maestría en la muleta y conquistó al público en una labor de mérito y poder en la que hizo literalmente lo que quiso por ambos pitones ante un toro de semejantes características. Labor larga, que remató de media estocada y dos descabellos, motivo por el que solamente paseó un trofeo tras aviso. Antes, el de Velilla de San Antonio tuvo que luchar contra los elementos en la lidia del primero. Primero, contra el fuerte viento imperante, que hacía casi imposible manejar los trastos, y después, contra la endeble y deslucida condición de su oponente. No tuvo opción.
Hierro de Garcigrande - EspañaPlaza de toros de Castellón. Quinto festejo de la Feria de la Magdalena. Casi lleno. Toros de Garcigrande.
Julián López El Juli, silencio y oreja tras aviso;
Sebastián Castella,
 ovación y oreja que no quiso pasear tras fuerte petición de la segunda;
Alejandro Talavante,
 ovación y dos orejas.