Remate por bajo de José Garrido I 
‘En Bogotá, por todo, había que estar sí o sí’. José Garrido no vacila.‘Como sea, daba igual el cartel, la fecha… Así se lo dije a mis apoderados, me dijeron que habían llamado de la Corporación Taurina y les insistí en que era prioritario estar allí apoyando a esa afición que ha sido tan valiente y ha sido capaz de luchar con todo hasta sacar la cabeza’, comenta el pacense sobre su confirmación en La Santamaría. Antes llegará otra, en La México, en poco más de una semana, el domingo 27, ‘fundamental para descifrar mi futuro en América y el resto de la temporada en México’. Porque Garrido, y su perenne ambición, quieren más.
‘Ahora mismo tengo todos los sentidos en La Monumental, cuando pase mi confirmación ya me plantearé otras cosas, pero hoy sólo tengo ojos para La México, porque estoy convencido de que, si echo una tarde importante, va a aparecer un buen puñado más de contratos para esos meses de marzo y abril, podremos pensar también en Aguascalientes…’,explica el joven torero, minutos antes de empezar a tentar en la ganadería azteca de La Concepción.
No está siendo un invierno más para Garrido. El esfuerzo paga siempre y su segunda mitad de temporada ha sido un aval. Un as en la manga que deslizar sobre el tapete americano. ‘Trato de saborear mucho esta experiencia, había venido el año pasado de turismo, de retiro vacacional, pero este año estoy viviendo en torero también en América, entrenando todos los días, con esa exigencia habitual en temporada, esos nervios e inquietudes… Todo es tan distinto, tan nuevo, pero a la vez tan hermoso’, reflexiona en voz alta, sin que la ilusión de su ‘Carpe Diem’ nuble su responsabilidad. 
‘No he viajado a pasar el rato, si estoy es para seguir con esa mentalidad que me ha traído hasta aquí, confirmar en México es algo que no todos los toreros pueden decir al final de su carrera, así que imagínate lo que supone para uno que lleva dos años de alternativa… Es super importante para mí y hacerlo el mismo año en dos escenarios como Insurgentes y La Santamaría… Todavía más’, añade mirando con el rabillo del ojo a Bogotá. La otra gran cita de Garrido.
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Desplante de Garrido, la pasada Feria de Otoño | 
EL EJEMPLO DE LA AFICIÓN DE BOGOTÁ.
‘Me quitan el sueño las dos, no he toreado nunca en Colombia y, aunque debutaré antes allí en Manizales -el próximo 4 de enero-, la repercusión que va a tener este año Bogotá va a ser máxima, siempre ha sido un puerto de categoría, pero con la vuelta de los toros tantos años después, más si cabe’, analiza.
Precisamente, por estos ingredientes, el extremeño tenía claro que debía estar dentro del guiso. ‘Sí, sí, les dije a mis apoderados que me daba igual la fecha, el cartel… Como sea, Garrido tiene que hacer el paseíllo en La Santamaría’, porque, ‘después del esfuerzo enorme que han hecho por sacar la cabeza, de lo que han apretado en las calles, de dejarse la vida esos novilleros tirados en la puerta de la plaza de toros… ¿Cómo nos vamos a quedar nosotros en España?’, afirma rotundo antes de pensar en voz alta: ‘Parece que no nos acordamos ya de que chavales que perseguían el mismo sueño que yo estoy viviendo estuvieron meses en huelga de hambre’.
‘Han dado un ejemplo, toda esa afición, nos ha marcado el camino, porque tenían perdida la batalla, pero supieron pelear, seguir sin rendirse… ¿Barcelona? No sé si es comparable, no me toca a mí calibrar esa comparación, pero desde luego, sí tengo claro que desde casa y por teléfono no se arreglan las cosas’. Y es que el verbo de Garrido, como su toreo, no deja indiferente.