Media de Emilio de Justo, en Mont de Marsan
‘Justicia taurina’. Más allá del evidente juego de palabras con su propio apellido, Emilio de Justo no deja de reivindicarse en el país vecino. Dos orejas de un toro de Victorino Martín en Mont de Marsan para corroborar otra Puerta Grande semanas atrás en Orthez. Francia se ha convertido en ese oasis donde dar salida a un toreo que yacía dormido en sus muñecas. Hasta ahora casi al alcance de unos pocos testigos, en el campo. Sin embargo, el otro lado de los Pirineos, le ha puesto en órbita. ‘Francia valora muchísimo al torero con verdad y le está dando justicia taurina a mi carrera’.
‘Me hace muchísima ilusión todo lo que estoy viviendo allí, han apreciado mi forma de concebir esta profesión y comprendido que quiero ser alguien, funcionar, en este mundo tan complicado’, comenta el cacereño horas después de la tarde ‘más importante’ de su carrera. ‘Es más’, añade, ‘creo que estoy en el momento más bonito y maduro de mi carrera’.
‘Desorejar a un toro de Victorino Martín y en una plaza de primera, como la de Mont de Marsan, supone un respaldo tremendo a mi trabajo, cuando vi al presidente sacar los dos pañuelos a la vez… La ilusión fue tremenda’, recuerda sobre una faena ‘redonda y con emoción’. ‘No fue un trasteo demasiado largo, pero logré cuajarlo por los dos pitones, sobre todo, por el derecho, ahí tuvo mucha intensidad todo porque el toro fue importante, derrochó bravura y era exigente’, alabó el torero extremeño, que rubricó su labor con una espada de efecto fulminante. ‘Es de esos toros que no se te pueden escapar, la pena es que el quinto lo pinché, porque tenía cortada con fuerza otra oreja más’.
MADRID, SU GRAN ANHELO
De estos triunfos, tienen que venir futuros carteles. ¿El más esperado? EnMadrid. ‘Volver a Madrid es un sueño que se tiene que cumplir en 2017, me está costando mucho y el sacrificio por lograrlo ha sido enorme, pero está mereciendo la pena, porque lo veo más cerca que nunca’, analiza sin perder de vista una tarde, en 2010, que le ha cobrado un peaje terrible.
‘Esos tres avisos en San Isidro, viniendo de cortar una oreja el año anterior, me hicieron mucho daño, demasiado seguramente… En mi situación, me vi fuera de todo, afortunadamente, Colombia me amparó y allí pude torear muchas corridas, me sirvió para ir viendo la luz. No gano nada ahora con lamentos, lo importante es que, gracias a mis triunfos, atisbo una opción real de invertir esta situación’, pondera.
Para ello, al cacereño le aguarda ‘un invierno duro, pero atractivo por delante’.‘Queremos hacer mucho campo, encerrarme con mi apoderado Ludovic Lelong, en su casa en Sanlúcar, que es zona de entrenamiento de toreros, y hacer una preparación fuerte, porque la idea es comenzar la temporada empezando a torear pronto, en marzo, lo antes posible’, vaticina con el foco siempre puesto ‘en Francia’: ‘Tiene que volver a ser clave para seguir creciendo el año próximo’.
En la resurrección de Emilio de Justo, también ha sido dogma la fe en la ‘variedad de encastes’. ‘El aficionado ha sabido verlo y lo ha cantado, los resultados han llegado con todo tipo de toros, de procedencias diversas y, en muchos sitios, corridas fuertes, con toda la seriedad del mundo’.
De entre todas ellas, el idilio con Victorino Martín es ‘muy especial‘. ‘Se ha creado una historia bonita entre Victorino Martín y Emilio de Justo, mi casa está a diez minutos de sus fincas y tengo un vínculo muy cercano con esa familia… Les estoy muy agradecido, porque me ha dado mucho estos últimos años, desde las dos orejas en mi encerrona en Hervás el año pasado hasta el triunfo del sábado en Mont de Marsan, y es una divisa que da mucha categoría a los toreros’, agradece.
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