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El Cid, antes del paseíllo junto con sus apoderados 
El Cid vuelve a Madrid, esta vez sí, en su mejor momento. El indulto a‘Madroñito’ de Adolfo en Santander supuso un antes y un después en su temporada y, tal vez, en su vida. Desde julio, los toros cuajados por el torero sevillano han salpicado la actualidad hasta desembocar en la catarsis deLogroño donde a punto estuvo de volver a perdonar la vida otro Victorino.Adolfo o VictorinoVictorino o AdolfoAlbaserrada, un encaste con dueño.
‘Estoy en el mejor momento de la temporada y la Feria de Otoño llega con sensaciones muy positivas’. Manuel Jesús ‘El Cid’ nos recibe con voz sosegada y alegre. Incluso tranquila a pesar de que llega uno de los momentos clave del año: Las Ventas le espera. ‘Tengo mucha ilusión, ojalá que todas esas sensaciones que estoy encontrando en este tramo final las encuentre también en Madrid, se escurra un toro y le pueda pegar 15 o 20 muletazos’.
Todo tiene su explicación y el propio Cid nos da la clave: ‘Este año estoy en el mejor momento cuando otros años empezaba a flaquear’. ¿Por qué? ¿A qué se debe este cambio? ‘Todo lo que me está ocurriendo es fruto del entrenamiento que realicé este invierno. Es de los años que más me he preparado físicamente y, curiosamente, de los que menos he toreado en el campo y mucho de salón. La preparación sale ahora y te hace estar más fuerte’, reconoce el torero.
Sin duda, Santander fue un punto de inflexión: ‘Son tardes mágicas. A partir del indulto la moral se me vino arriba. Cuando coges una racha en que las cosas no salen, evidentemente la moral se va minando… pero cuando las cosas salen te das cuenta que es como la vida, las rachas malas se terminan y las buenas hay que aprovecharlas’ y continúa: ‘A raíz de Santander he mantenido una línea ascendente. He disfrutado cuajando toros que en otro momento no lo hubiera hecho. Eso es señal de que la mente la tengo fresca. Estoy con ilusión y ganas. Todo se nota a la hora de ponerme el traje de luces’.
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Detalle de El Cid tras un brindis en Las Ventas I MUNDOTORO
El domingo volverá el trinomio Cid-Madrid-Albaserrada que siempre despertó una expectación inusitada: ‘Madrid siempre ha sido una plaza que me ha tratado muy bien y me ha esperado. Siempre con exigencia porque cuando toreas mucho en una plaza que te conoce a la perfección, te pide lo máximo. Cada vez que cuajo un toro la entrega de Madrid es incomparable. Quiero volver a sentirla así’.
A buen seguro, cualquier aficionado puede decir varias faenas de El Cid enMadrid. Le preguntamos cuáles le marcaron: ‘Mi primera tarde con Victorino o la de 2004 que pude haber cortado tres o cuatro orejas. Me acuerdo perfectamente que cuajé un toro tremendo con la mano izquierda. Después, mi Puerta Grande en 2005 donde corté dos orejas al primero y con el que estuve bien de verdad fue con el otro pero lo pinché, otra tarde que pudo ser apoteósica. Me acuerdo de muchísimos toros y tardes emblemáticas con otras ganaderías. También ha habido momentos malos pero he disfrutado mucho y espero que el día 2 vuelva a serlo’.
Precisamente, ese 2 de octubre El Cid ya estaba anunciado en Úbeda (Jaén)pero sintió que ese día su sitio era otro: ‘Hay que apostar. Cuando se me brindó la oportunidad de torear en la Feria de Otoño no lo dudé. No me gusta dejar de ir a un compromiso que ya tenía firmado pero todos entendieron que Madrid es Madrid. Ahora mi sitio y mi momento debe estar en Las Ventas’.
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Desplante ante un toro de Victorino, en blanco y negro I
La conversación deriva en recuerdos, anécdotas, sensaciones pero un auténtico especialista debe desvelar su truco. ¿Dónde se encuentra la clave para entender así el encaste Albaserrada? ‘Tiene que humillar’, responde tajantemente. ‘Es la clave. A veces intentas ayudarle para que la embestida sea cada vez más larga’. Y nos desvela el truco, atención: ‘Hay un momento determinante: cuando parece que el toro se va a quedar en la espinilla pero le das un toque, el toro obedece y le alargas la embestida. Son momentos clave que hacen que el toro de Albaserrada tire o no hacia delante. Si no humilla es muy difícil porque es de embestida corta, se queda en las corvas, reponen y se convierte en muy complicado’, sentencia.
Entre Santander y Logroño, la temporada de El Cid ha bagado por triunfos y toros cuajados en plazas de menor importancia pero de gran compromiso. Un año diferente en el que cada vez se ha encontrado mejor hasta llegar a Otoñopleno de facultades: ‘Cuando me anuncio en una plaza, más pequeña o grande, intento dar lo mejor de mí. La misma importancia tiene el aficionado de Madrid que el de Sotillo porque quieren ver al torero en su dimensión como lo ha visto en otras plazas. Yo soy así, a veces no me ha salido pero no me gusta escatimar esfuerzos’ y concluye con una frase que resume su vida: ‘Cuando eres trasparente, el público se da cuenta rápidamente’.