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Lamelas, protagonista en Mont de Marsan 

Justo hoy, 7 de septiembre, se cumplen dos años de mi última corrida de toros en España, en Villarrubia de los Ojos‘. Es una historia no tan extraña para muchos toreros, pero sí sorprende cuando quien lo cuenta es uno con una hoja de servicios llena de medallas en Francia. Medallas de triunfos y de sangre. Mont de MarsanVicAlèsAignan… Sin embargo, en su país y en su tierra se reconoce ‘dado de lado‘. Se llama Alberto Lamelas y el domingo 11 vuelve a su provincia, Villacarrillo (Jaén), junto a Rafaelillo y Juan del Álamo para lidiar toros de Murteira Grave. Entre una y otra cita habrán pasado 731 días de cierto ‘exilio’. Ese retorno a ‘casa’ le llega en un septiembre fundamental. Días después volverá a Las Ventas, el 25. Allí se juega mucho de una progresión que quien le ha visto sabe de lo que hablo.
Podría llorar, sí, pero así no se logra nada. Lo que hay es lo que hay y debo superar lo negativo. Yo confío en mí, sé que estoy preparado. Si no lo supiera… mejor tirar la toalla‘. No lo ha hecho nunca, ni siquiera cuando su agenda estaba en blanco. Durante tiempo, su ‘yo’ torero sobrevivía con tentaderos revestidos de encerrona en Madrid: ‘El campo me alimenta siempre, pero especialmente en esos momentos de no torear en la plaza. Por fortuna he podido acudir a tentar en diversas ocasiones y te aseguro que te tomas ese tentadero como una corrida. Por un lado para que todo aquel que esté viéndome salga impactado conmigo, sea compañero, ganadero, empresario… Y por otro, porque tengo que estar a la altura de otros matadores que toreen ese día‘.
Lamelas es, como decíamos en la entradilla, un torero de Francia. Suena al caso de otros compañeros suyos, como Escribano, a quien la oportunidad le pilló muy toreado y perfectamente preparado. Comparten muchos feudos en esa parte menos llamativa -y más dura- de Francia, si bien, agradecida con el de luces: ‘Allí te valoran mucho cosas que aquí no. Que estés bien con un toro, aunque no le cortes las orejas, te puede servir para sumar más contratos. Te recuerdan, te tienen presente. La actitud se valora mucho. Porque se asume que en esas corridas duras te puede salir uno o varios buenos toros, pero la norma es que sea difícil triunfar. Y se miran otras cosas que no sean solo los trofeos‘.
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Triunfó y fue herido en esa heroica tarde en Mont 
No ha sido fácil llegar hasta aquí, puntualiza entre confesiones. Muchos parones en forma de cornadas. Y cornadas graves, siempre lejos de su casa. Dolor extra. A Lamelas los toros le han pegado mucho, aunque parece llevarlo con entereza: ‘Las cornadas se superan creyendo en uno mismo. La meta, superarlo cuanto antes. Yo no soy una piedra, claro que lo paso mal en algunos momentos y me cuesta volver al 100%, pero la mente tiene que ir rápido para recuperarte. Llorando no logras nada‘.
Cambiamos el tema, porque ‘por fin‘, vuelve a Jaén. ‘Tres años después‘. Su última tarde en la provincia tuvo lugar precisamente en la capital, en plena Feria de San Lucas. Tres orejas y triunfo compartido con su compañero José Carlos Venegas, pero bajo la marca del grave percance que sufrió David Galván. Una fuerte cornada que oscureció la posible repercusión de una doble Puerta Grande: ‘Es lógico que la gente quedase impactada. Yo lo noté mientas toreaba… Tres años son muchos. Y es que es verdad eso de que nadie es profeta en su tierra; yo lo puedo ratificar. Claro que -confiesa con la honestidad que siempre le ha caracterizado- si no me han puesto en este tiempo será que no he interesado lo suficiente‘.
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El jiennense, en una actuación en Las Ventas 
Esa preocupación suya parece aplacarse por el momento. Los contratos deVillacarrillo -y posteriormente Riaza e incluso Madrid- llegan tras su meritosísima actuación en Mont de Marsan [oreja y fuerte percance]. ‘Eso es lo que más me llena, que han venido por derecho propio‘. No obstante, deja una anécdota que tiene mucho de explicativa de su situación: ‘Cuando me llamó el apoderado para decirme que iba a Villacarrillo -pueblo relativamente cercano a su localidad natal- pensé que era una broma, porque me sorprendió que contaran conmigo tras tanto tiempo‘.
Habla bastante, razona bien. Nada, excepto algún rastro de fatiga en la voz, diría que el torero de Cortijos Nuevos estaba entrenando en esos instantes. Y es porque no hace sino lo que ha hecho siempre: entrenar mucho, también cuando no toreaba. ‘Si es que esto es como una oposición. Tú no estudias solo en la última semana, cuando te viene el examen. Más te vale que ese examen te pille preparado… Eso sí, los últimos días el repaso es mayor, pero lo fuerte ya está hecho‘.
En 2016 Alberto Lamelas ya no es el mismo de hace dos-tres años. Es más, no debe serlo, porque pobre de aquel torero que dos años después sea exactamente el mismo. Hoy es ‘un torero más evolucionado, con más poso, más centrado en buscar ese toreo que siento y que intento sacar siempre que mi toro se deja… claro que con mis toros suele ser difícil (risas). ¿Sabes? Yo no entreno al miura que me busca el cuello. Entreno al bueno, al que me hace sentir pleno… Y eso a veces surge‘. Hablando de cotas artísticas recientes, se le viene a la cabeza Alès 2016, con los de Cura de Valverde ‘quizás mi mejor tarde a nivel de arte en las últimas 3-4 temporadas. Sin ser la que más réditos me dio, fue la que más me llenó. No corté orejas, en el primero me la pidieron, y el segundo me hirió, pero le había formado un ‘lío’ bueno como me gusta a mí torear. Pero no lo pude matar‘. Ahora tiene la oportunidad de rematar el triunfo que se le quedó pendiente.