Tumefacto, con heridas y un apósito en la nariz. De esta guisa se presentóCurro Díaz a torear este domingo en Valladolid y hoy, lunes, en Albacete. Con la cara hinchada por un percance fuerte el sábado cuando toreaba en Tarifa.
Y no es solo estética. Duele, de hecho no se pudo poner la montera. Pero aquí no hay espacio para la queja; el que lo haga se puede bajar del tren en marcha que es el toreo. Es el sino de los toreros: bravura para superar los golpes.
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