Ocho orejas y los tres en hombros fue el resultado de un festejo de alto contenido artístico donde la elegancia, la sabiduría y el arrojo fueron los argumentos. Nadie se aburrió dentro de una corrida con matices en el que los diestros aprovecharon las virtudes y taparon los defectos del encierro. Enrique Ponce, El Juli y Antonio Puerta regalaron una tarde grande a Murcia: días así hacen falta.
Ponce cuajó una faena importante al cuarto, un toro que no fue fácil pero con el que el valenciano consiguió momentos de elegancia y alta carga estética. El de Victoriano nunca terminó de descolgar y, además, soltaba la cara en cada embestida. Ponce dejó un alarde para poco a poco meterlo en la muleta con un final de faena por todo lo alto. Mató de una estocada entera y cortó las dos orejas. En primer lugar salió un toro muy bajo de raza de Victoriano del Ríoque dejó a Ponce con ganas de más. Apenas pudo justificarse ante lo imposible.
El Juli gestó una labor técnica para sacar el buen fondo al segundo de Toros de Cortés. Faena compacta, fresca y variada del madrileño que se basó en su capacidad para sacar todo lo que el toro tenía. Mató de una buena estocada que le sirvió para cortar las dos orejas.
El quinto protestó y soltó la cara al principio de la faena y no tuvo continuidad para repetir pero el oficio de El Juli hizo que terminara rompiendo por abajo. El madrileño, a base de firmeza, construyó un trasteo de mano baja sobresaliendo el toreo al natural de larguísimo trazo. Recetó otra estocada y cortó una oreja.
Gran dimensión de Antonio Puerta frente al sexto que tuvo mucha trasmisión. El murciano le dio distancia y ligó las tandas con muletazos con encaje y profundidad en series que llegaron al tendido. El toro repitió con codicia y humillación, lástima que se rajara en el tramo final donde Puerta resolvió con imaginación y solvencia. La estocada le puso en las manos las dos orejas.
Antonio Puerta sorteó un astado con buen fondo con el que pudo estructurar una faena bien administrada, de toreo templado y profundo. Lástima que el toro se viniera abajo de mitad de faena en adelante pero no fue problema para que el murciano, tras una estocada, cortara un trofeo.
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