El idilio continúa. Lo mantuvo intacto Ponce un año más con la afición almeriense a pesar de que su lote no se lo puso nada fácil. Saco petróleo de dos animales que le exigieron emplearse a fondo para sacar más rédito del que a priori tenían sus enemigos. Y así volvió a salir triunfante de Almería, en su tarde número 35 en esta plaza. David Mora aprovechó la sustitución de Roca Rey y se alzó como triunfador numérico de la segunda de abono y mantuvo el tono triunfal de su temporada cortando tres orejas del mejor lote de una corrida de Daniel Ruiz desigual de caras, de terciada anatomía, que tuvo en la movilidad su denominador común. Les acompañó a caballo, pero no en hombros, Hermoso de Mendoza, que no pudo pasear trofeos debido al fallo con el rejón de muerte.
Bajo y estrecho de sienes, el castaño segundo de Daniel Ruiz fue un toro pronto y encastado, con movilidad y transmisión aunque tuvo el defecto de derrotar siempre al final de cada muletazo. Esa tendencia y el aire fueron dos hándicaps que Ponce superó con nota en una labor muy compuesta y elegante, que tuvo ritmo y profundidad sobre todo con la derecha. Soberbios fueron los doblones de cierre. Un pinchazo previo a la estocada hizo que el premio se redujera a una oreja.
El quinto fue un toro muy reservón y rebrincado que exigió a Ponce un esfuerzo que él hizo muy gustoso. Se dobló por bajo de inicio en una faena que terminó en tablas apurando a un animal que ya se había afligido ante la capacidad de su lidiador. Tras un pinchazo y estocada paseó una oreja tras aviso.
El sexto fue un toro noble, con calidad y con mucha profundidad por el pitón izquierdo. David Mora firmó series de corte vertical, con la figura erguida, basando la faena por ese lado llegando mucho al tendido, gustándose. Lo ve claro con la espada el de Mostoles, pues lo pasaportó de otra gran estocada y corto dos orejas.
El tercero, más terciado, tuvo calidad y se desplazó boyante sobre todo en la primera parte de la faena. David Mora, que se había hecho ovacionar tanto en el saludo como en un estoico quite con el capote a la espalda, basó su faena en la mano derecha, acompañando la embestida con gusto en series limpias y muy ligadas. Luego tiró de la embestida con pulso en la última parte y mató al toro por arriba, pero pese a que el animal se resistió a doblar y el puntillero lo levantó dos veces le pidieron la oreja con fuerza.
Hermoso de Mendoza firmó una buena faena con un toro noble, buen colaborador, ante el que destacó en el tercio de banderillas a lomos de Berlín. Se lució después en piruetas ajustándose mucho al toro. Finalizó con las cortas montando a Pirata, con el que dejó un buen par a dos manos. Pero pinchó y eso le hizo perder premio.
El cuarto fue un toro muy parado al que había que llegarle mucho. Hermoso no se dio por vencido e intentó hacer un esfuerzo aunque el animal no le dejó galopar de costado. Lo mejor llegó en un par a dos manos con Pirata. Sin embargo, se le atascó el rejón de muerte y todo quedó en palmas.
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