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Alberto López Simón ha tenido que ser atendido por el equipo médico en el callejón de la plaza de toros de Bilbao. El torero madrileño, entre lágrimas y gestos de dolor, parece haber sufrido lo que podría ser una crisis de ansiedad, hipótesis que defiende también Toros TV.
El espada, luego de la atención médica, salió a torear al tercero, con muy mal gesto, pálido y físicamente muy débil y luego de una fuerte ovación de los aficionados, que han observado su mal momento en el callejón. Tras la lidia, visiblemente condicionada por su mal estado físico, pasó a la enfermería. Allí se diagnosticó que no podría matar al último toro.
El breve parte médico rezaba lo siguiente: ‘Alcalosis respiratoria con cuadro vasovagal. Requirió de asistencia ventilatoria y ansiolítica. Pronóstico leve que te impide continuar la lidia‘.
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