En el cierre de la Feria de Cutervo 2016, todos teníamos mucha ilusión y gran expectativa por el bonito cartel que se presentó, Paco Ureña, Juan Leal yJoaquín Galdós, con astados de Juan Bernardo Caicedo. Los aficionados acudieron a la plaza y llenaron su aforo en tres cuartos de entrada. La climatología también ayudo a que todo, sobre el papel, estuviese a un nivel máximo, con un sol brillante y sin ese frío de los días pasados que calaba hondo.
Tras el paseíllo y la fuerte ovación del público, que hizo salir a los diestros a saludar desde el tercio, todo iba muy bien. La cosa comenzó a ser una gran desilusión, cuando por la puerta de toriles, comenzaron a desfilar los toros de la ganadería colombiana de Juan Bernardo Caicedo, eso sí, muy bien presentados.
El primero para el diestro Paco Ureña, tras brindar a sus compañeros de cartel, pudo dar algún que otro derechazo ya que el toro comenzó a tomar un sentido impresionante y sólo buscaba al torero. En su segundo, salió con todas las ganas del mundo, algunos lances a la verónica, pero, de esos que se dan, porque los tiene que dar, sin disfrutar del toreo en lo más mínimo. De muleta, le logró sacar algunos derechazos rematados con el de pecho, pero esto lo logró con mucha técnica y porque su currículo con corridas duras ahora le dio los conocimientos para hacerlo, la ilusión duró unas tres series, de allí el marrajo, a buscar al torero.
Juan Leal, en su primero, segundo de la tarde, simplemente no pudo hacer nada. Claro está, que esto se aplica para Juan Leal y para cualquier diestro del escalafón, el toro sólo buscaba al torero. Su segundo fue el toro menos malo del encierro, se dejó, sin clase, parado, pero gracias a Dios, sin malas intenciones, el diestro Juan Leal, se montó encima, acorto distancias y logró hacer una faena que conectó con los tendidos, alegre y bullidora. Pudo tocar pelo, pero, creo y quiero suponer que él publicó por lo que vio en los toros anteriores, le pareció cumbre este astado, pidiendo el indulto, error del torero en insistir en ello y bien la autoridad en no concederlo. Falló en repetidas ocasiones con el estoque y descabello y la cosa no paso a mayores, aunque dejó grato sabor.
Joaquín Galdós pechó con el peor lote de la corrida y el peor lote que recuerdo haber visto para un torero. Medio que se descubría, los dos toros buscaban las piernas del torero, su primero le pegó una cornada al subalterno de su cuadrilla David Zorrilla y el segundo le pegó una voltereta y pareció que el pitón se lo había metido en la región del tórax al subalterno Dennis Castillomientras bregaba. En ambos, estar delante con la muleta era imposible.
Al final el premio a la mejor faena de la feria fue para el diestro Gómez del Pilary la mejor ganadería para la de Juan Bernardo Caicedo, supongo, que fue por el encierro del día 29 de junio.
Cabe destacar la cantidad de niños aficionados como podrán ver en el foto–video que están detrás de los toreros en la plaza y por las calles para sacarse fotografías con sus ídolos, lo que demuestra que la afición por estos pagos está más que asegurada.
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