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Enorme ambiente vivió la localidad portuguesa de Salvaterra de Magos por la presencia de un nuevo ídolo, Andrés Roca Rey. Tendidos llenos y expectación desbordada por los grandes éxitos que el torero peruano ha alcanzado esta temporada. No decepcionó. Fue obligado a saludar una cariñosa ovación nada más salir al ruedo.
Con el capote, recibió al primero con verónicas encadenadas con chicuelinas para rematar con una larga de mucho gusto. También quitó por tafalleras para encandilar al respetable. Llegó el toro fijo a la muleta y el matador lo aprovechó por los dos pitones en serioes de mando, temple y torería. En los finales procuró el toreo de cercanías con valor, entrega y ganas, como gusta a los aficionados.
El segundo astado fue devuelto por una lesión en una pata, por lo que salió el sobrero reseñado. Brindó a la embajadora de Perú en Portugal con esta frase: ‘Va por Perú, por Portugal y por la Tauromaquia’, y se puso a torear. Al natural y con sencillez, por derechazos con mucho empaque. Faena reposada y de ajuste, rompiendo a torear con una facilidad innata. El toro colaboró porque la muleta dominada por un joven torero que casi nos olvidamos de su edad. Así lo respeten los toros, marcará una época.
Rui Fernandes abrió la tarde con un toro castaño bien presentado que fue codicioso en sus embestidas. Dos hierros de castigo y un tercio de banderillas donde brilló su buen hacer y torería. Noble y con tranco en embestidas largas fue el cuarto de Murteira. A este le formó un alboroto, con temple y gusto exquisito. Al tropezar, su caballo fue al suelo afortunadamente sin consecuencias. Terminó la lidia en el mismo tono de éxito.
Ana Batista, natural de Salvaterra, brindó a Roca Rey el segundo de la noche. Un astado que fue tardo en sus embestidas pero al que la rejoneadora esperó con elegancia, dandole los adentros para encelar las embestidas. Un toro con teclas al que Batista le encontró las vueltas con valor y maestría. Su segundo toro fue brusco, esperaba y arriesgó pisando terrenos de compromiso. La rejoneadora ligó una lidia con emoción y verdad.
Pegaron los grupos de Forcados de Montemor y Alcochete, los toros para caballo. Lo hicieron con solvencia, valor y emoción.