Gonzalo Caballero fue prendido hasta en dos ocasiones cuando entró a matar al tercero de la sexta de Santander. El torero madrileño se jugaba el triunfo y se tiró muy derecho en el primer encuentro del que salió zarandeado de pitón a pitón de forma muy violenta. Ya en el suelo y con gestos de faltarle el aire, fue conducido a la enfermería por su cuadrilla.
Por sorpresa, el torero volvió a salir apenas minutos después, sin la chaquetilla, para volver a entrar a matar al tercero. Volvió a ponerse muy cruzado y, otra vez, fue prendido por el bajo vientre. Los segundos fueron eternos. Cuando salió despedido, ya no se pudo reincorporar y los gestos fueron de manifiesto dolor. Volvió a ser llevado en volandas a la enfermería donde está siendo atendido por el equipo médico.
Las primeras informaciones, según su propio apoderado Eduardo Martínez, hablan de una posible ‘cornada muslo izquierdo, corte dedo en la mano y un varetazo en la espalda’.