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Juan Bautista y Fabio Castañeda abrieron la puerta grande en el segundo festejo de la Feria de San Sebastián de San Cristóbal. El diestro francés se proclamó triunfador del espectáculo con tres orejas, mientras que Castañedapaseó dos trofeos. Por su parte Manuel Escribano cortó un apéndice. Se lidiaron cinco toros de Campolargo y uno de Rancho Alegre de terciada presentación, mansos rajados y aquerenciados en tablas aunque nobles. La primera corrida del serial venezolano registró un tercio de entrada.
Se impuso al lote soso y rajado que le correspondió a Juan Bautista por su conocimiento de los terrenos, las alturas en el manejo de los engaños y la paciencia para torear a favor del toro. Series templadas por ambos pitones aliviando siempre la exigencia por abajo a la nula condición brava del lote y una espada contundente la valieron una y dos orejas amén de la Puerta Grande.
Fabio Castañeda salió a por todas desde el principio. Parecía que el tercero era de mejor clase y rítmo pero duró un suspiro. Se arrimó a la trinchera de tablas y no salía de allí donde le acosó Fabio voluntarioso y frustrado por el rajado. Saludó una ovación. Salió de nuevo con el hambre en la boca el tachirense y emocionó al público con su entrega y valor. Rodillas en tierra y con quietud auténtica se le entregó el personal que tras matar fulminante le premió con dos orejas y la Puerta Grande.
Manuel Escribano en su presentación en San Cristóbal, se estrelló desesperadamente con un mansísimo marmolillo que no le sirvió ni para asustar al público vía arrimón que era la única apuesta que podía hacer. Hubo Palmas. El quinto hizo cosas feas en el capote vía frenazos y arreones orientados al pecho. Pero con la muleta acertó el matador en evitar dudas y ligó las primeras series largas antes que el manso se atrinchera rápidamente. Una estocada fulminante y su entrega le valieron la oreja.