Incombustible
25 años... y los que quedan.... Es un torero de otro tiempo. Que no desentona de las figuras actuales. Es la más veterana, y posiblemente, también la más diferente. Prueba de ello es que su discurso veinticinco años después, sigue teniendo vigencia.
Testimonio evidente de ese aguante fue el tremendo esfuerzo que llevó a cabo en la Feria de la Vendimia de Nimes, donde cuajó una de las tardes de su temporada, aún con una grave lesión de abductores, a la que se sobrepuso con arrestos hasta dar muerte a su segundo toro. Ese día, con un toro complicado de verdad, cortó la oreja de más peso de la tarde y se resintió de esa lesión para luego lidiar con una evidente cojera al cuarto, al que el valenciano toreó de ensueño hasta acabar paseando otros dos apéndices.
Ahi se vio que al torero de Chiva aún le queda cuerda para rato. Conmemoraba las bodas de plata de su doctorado. Y ya desde el comienzo de temporada en Olivenza, el valenciano marcó la pauta saliendo en hombros en la reaparición de Rivera Ordóñez. Ese espíritu continuó en la Magdalena en la corrida homenaje en la que Castellón lució engalanada en su nombre celebrando tan singular efeméride. Ese regalo de ida también tuvo su vuelta, tal y como escribía nuestro compañero Jose Miguel Arruego: 'porque Ponce también obsequió a los presentes con una nueva clase magistral. Así se encela a un toro manso, así se le tapa la huida, así se le acompaña (y hasta somete) a media altura y así se usan las querencias en beneficio propio. Eso pareció explicar con los trastos el maestro, eso sí, sin perder nunca la elegancia ni las formas. Sin enseñar los tirantes. Porque hasta poder a un toro puede hacerse con estética.'
El día del 'cumpleaños' llegaba en Valencia, dos días después. Fecha que saldó en triunfo en el emotivo regreso de El Soro a las Fallas. Mención aparte merece el homenaje que protagonizó junto a Hermoso de Mendoza en Nimes el 24 de mayo, cuando abrió por quinta vez en su carrera la Puerta de los Cónsules en una matinal en la que cortó cuatro orejas.
Albacete, Alicante, León, Santander... fueron también escenarios de primacía para el de Chiva, si bien el mano a mano con Fandiño en Mont de Marsan fue un espectáculo memorable. También en Gijón Ponce cuajó una gran faena al son de los acordes del 'Concierto de Aranjuez'. Esa mano aleccionadora, esa elegancia y esa estética también brotaron en Almería, coso en el que su idilio permanece inalterable temporada tras temporada. Como la fortaleza de su toreo, que parece más que incombustible...
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