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Esperanzadora fue la reinauguración del histórico coso Real de El Puerto de Santa María como importante fue el triunfo de Diego Ventura y López Simónen un festejo que marcará el devenir de una plaza histórica pero adecuada, por fin, a los tiempos que corren. Seis orejas y una doble Puerta Grande que, a punto estuvo de ser plena si hubiera asomado el único pañuelo que se quedó en el bolsillo, el de la presidenta que hubiera mandado a Padilla junto a sus compañeros.
El debut de López Simón en El Puerto no podía tener otro desenlace. El sexto, otro toro con trapío, también buscó rápidamente el refugio de las tablas pero no fue óbice para que el madrileño consiguiera pasajes muy emocionantes. Desde el toreo desmayado hasta un arrimón de pánico. Además, lo realizó todo con mucho temple y gusto para hacer vibrar a los tendidos. Se fue detrás de la espada para recetar una estocada suprema por la que le fueron concedidas las dos orejas.
Toreó López Simón con mucha expresión desde que se abrió con el capote a pies juntos. El tercero, muy parejo con el anterior -serio y cuajado-, desarrolló buena condición, sobre todo, por el pitón izquierdo. Con la muleta, el torero de Barajas se relajó entandas de mucho ajuste. Además, estuvo variado en inicios de tandas y en remates. Faena rotunda. Enterró la espada y cortó un trofeo.
Otra vez, Ventura ofreció un gran espectáculo a lomos de su gran cuadra. El toro tampoco acompañó, muy parado y manso, por eso puso todo de su parte, con Sueño en un excelente tercio de banderillas. Volvió a cerrar con Rematecon una serie de tres cortas al violín y un rejonazo absoluto. El palco no se enteró y se olvidó de concederle la segunda oreja.
Diego Ventura cortó una oreja al toro de la reinauguración del histórico coso de El Puerto. El torero luso-sevillano cuajó una faena muy templada, ceñida y de riesgo frente al de Sampedro con clase pero que se paró demasiado. ConLambrusco lo paró y administró con un rejón de castigo. Los quiebros en un palmo llegó con Nazarí, con tres banderillas de mucha emoción. También sacó aMilagro para poner otros dos meritorios pares. En el tercio supremo, Rematemarcó la diferencia con tres cortas y un rejonazo fulminante.
Serio por delante, engatillado y muy astifino fue el primer toro para la lidia a pie al que Padilla recibió con tres largas de impresión justo después de que desmontara un burladero. Mucho mérito tuvo este primer tercio como lo tuvo los  tres pares reunidos y arriba que puso. Con la muleta, el toro de Salvador Domecq se paró y fue la mano del gaditano la que hizo reflotar la faena. En el primer espadazo, salió rebotado y sufrió un golpe en el ojo derecho, mientras que a la segunda la enterró entera. Cortó una oreja.
Padilla quitó por faroles citando con vehemencia en lo que iba a ser el anticipo de un toro que se paró pronto y de pocas cualidades. A pesar de todo, el torero lo puso todo y llegó tanto a los tendidos que, tras una estocada entera, hubo una gran petición que no fue atendida por la presidenta. Fue obligado a dar una vuelta al ruedo.