Roca Rey parece imparable. Su toreo no entiende de fronteras, su arrojo no mira idiomas y sus ganas de triunfar no atienden a si es en España, en Francia o en América. El torero peruano, armado con una tauromaquia de puro arrojo y mano baja, encadenó un nuevo triunfo en la plaza de toros de Mont de Marsan, donde cortó dos orejas. Lo hizo, además, en un cartel junto a El Juli yLópez Simón. Los dos toreros tuvieron opción de triunfo con una corrida noble de Alcurrucén, pero el fallo con la espada les dejó sin trofeos.
Roca Rey cortó las dos orejas del tercero de la tarde. El peruano volvió a firmar una faena de enorme valor y arrojo, en la que se pasó al toro muy cerca de la taleguilla en series de toreo por abajo y largo. No dejó que el trasteo bajase de emoción en ningún momento y lo rubricó con un espadazo. El sexto no ofreció demasiadas opciones para el lucimiento, pero Roca Rey le buscó las vueltas en una labor de insistencia y tenacidad, por la que fue ovacionado.
El Juli fue silenciado tras pasaportar al primero de la tarde. Fue un toro deAlcurrucén con las fuerzas medidas, al que el torero de Madrid consiguió trazar buenos muletazos sobre ambas manos. Sin embargo, la faena no podía cuajar dada la condición del toro. El cuarto sirvió para que El Juli llevase a cabo una de esas faenas en las que logra alargar las embestidas del toro e hilvanar series templadas y hondas, in crescendo. El triunfo parecía seguro, pero el fallo con la espada le dejó sin él.
También la espada dejó sin triunfo a López Simón. Construyó una buena faena sobre el pitón derecho del segundo de la tarde. El de Alcurrucén tardó en definirse pero se dejó torear sobre esa mano antes de apagarse y el torero de Barajas armó series bien ejecutadas. El fallo con la espada y la tardanza del toro en caer enfriaron todo. Lidió en quinto lugar a un toro de Alcurrucén noble y con calidad, con el que realizó una faena de buena nota, que se vio estropeada por varios fallos con el acero.
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